"A los que matan hay que matarlos. A los que roban, también. Y si son pibes, mejor, porque cuando crezcan serán más peligrosos todavía. A los que violan hay que castrarlos. A los corruptos, a los políticos chorros, hay que mandarlos al paredón. Eso es lo que hace falta en este país. Esto es una anarquía. Nadie pone orden. Nos están matando a todos. Ya no se puede salir sin arriesgar la vida. No se puede transitar por la calle. Ni siquiera se puede viajar en subte. Hay que reprimir. Como hacen los países serios. Como hacen en Francia, en Italia, en Estados Unidos."
Así empieza el artículo “Hay que matarlos a todos”, escrito por Reinaldo Sietecase, pero no son su opinión ni la mía por cierto, sino que son una “recopilación” de las frases más escuchadas hoy en día cuando surge el debate por la inseguridad. Frases que tal vez sean infladas por medios amarillistas y mercenarios del rating, por declaraciones poco felices de nuestra ilustre e intelectual farándula, o por las exigencias de venganza de alguna que otra víctima de algún hecho delictivo reciente a la cual le ponen un micrófono para que haga declaraciones, como si pudiera llegar a decir otra cosa en semejante estado de alteración.
Como bien lo dice Reinaldo, “…Cualquiera puede decir cualquier cosa. Ese concepto responde cabalmente a la idea de democracia. Todos los discursos tienen cabida en el Estado de Derecho, salvo aquellos que propicien la discriminación o hagan apología del delito. Desde Susana Giménez a Raúl Castells, desde Hebe de Bonafini a Cecilia Pando. Todos pueden hablar. Eso no implica que las frases que se sueltan sean sensatas o inteligentes…”
Los famosos que hablan de inseguridad no son especialistas en el tema, tampoco la mayoría de la gente que opina, tampoco yo, por supuesto, pero igualmente opinamos y está bien que lo hagamos siempre y cuando antes de hacerlo pensemos un poco en lo que estamos diciendo, reflexionemos lo que conlleva la acción de lo que muchos están pidiendo: quitarle la vida a una persona, y lo que es peor de todo, que el estado sea quien la quite sólo para saciar mi sed de venganza o mi idea de justicia.
El problema es que los argentinos somos campeones a la hora de exigir cosas, del estado, de la justicia, de nuestro equipo de fútbol, de nuestros hijos… pero también somos los campeones a la hora de esquivarle a las leyes, de inventar excusas o trampas para no cumplirlas y lo peor de todo es que lo definimos como una virtud, es la “viveza criolla”.
Hoy es mucho más probable morir en un accidente de tránsito que por ser víctima de un delito, pero claro, como de eso la culpa la tenemos nosotros mismos, ni pensamos en hacer algo al respecto, seguimos conduciendo tan mal que nos matamos entre nosotros, a veces familias enteras, a veces nuestra propia familia…
Cuánto pagaste? Nooo!!! No seas gil, hacé como yo que compro los repuestos en Warnes, te salen 3 veces menos!!! No me digan que nunca la dijeron o escucharon. Pero pónganse a pensar, de dónde creen que sales esos repuestos? Cómo creen que se consiguieron? Y si por el repuesto que conseguiste pagar un poco menos mataron a una persona?
Si queremos hablar de algún tema primero hay informarse, sobre todo si estamos hablado de quitarle la vida a alguien. Les dejo sólo un par de artículos de los miles que se pueden encontrar en donde se hable del tema y transcribo sólo algunos párrafos.
El debate capital, lapena de muerte en EEUU y el mundo (ver artículo aquí)
Cuando Dawinder Sidhu, catedrático de las universidades estadounidenses George Washington y John Hopkins, se propuso discutir los argumentos de su colega de Harvard Hugo Bedau contra la pena de muerte, comenzó describiendo la larga tradición que el castigo capital tiene en Estados Unidos, a su vez herencia de la legislación británica en las colonias americanas. En un ensayo de cincuenta páginas titulado “La muerte como castigo. Un análisis sobre ocho argumentos contra la pena de muerte”, retrocedió a los tiempos de Enrique VIII, cuando el reinado de la pena de muerte terminó en 72.000 ejecuciones, incluyendo ahorcamientos, gente hervida y otra quemada. Por entonces existían en Inglaterra 222 razones para el asesinato estatal premeditado: desde la falsificación y la traición hasta casarse con un judío o cortar un árbol que tuviera dueño.
Algunos datos:
* Según una investigación utilizada por la Corte Suprema de los EE.UU. en 1987 con datos del estado de Georgia, sobre un total de 2.484 homicidios la aplicación de la pena de muerte se impuso en un 22% en casos que involucraban a un homicida negro y una víctima blanca, en un 8% a homicida y víctima blancos, en un 3% a homicida blanco y víctima negra y en un 1% a homicida y víctima negros.
* En 1990, un estudio más vasto sobre políticas antidrogas hecho por la General Accountability Office, brazo investigativo del Congreso de los EE.UU., mostró que en el 82% de los casos el origen racial de la persona acusada de matar a una persona blanca incidió en la aplicación de la pena de muerte.
* Otros cuadros estadísticos publicados en la década de los 90 mostraron que el 53% de los sentenciados a muerte en EE.UU. son negros, hispanos o de otras minorías. Los negros representan algo más del 12% de la población total estadounidense, la mayoría son lo suficientemente pobres como para no poder contratar a un abogado.
* De Amnistía Internacional: “El número de blancos y negros que son asesinados en Estados Unidos es equiparable. Sin embargo el 82% de los presos ejecutados desde 1977 fueron declarados culpables del asesinato de una persona blanca. El 42% de los condenados a muerte son de raza negra”.
* El Proyecto Inocencia, una clínica jurídica sin fines de lucro asociada a la Facultad de Leyes Benjamin N. Cardozo de la Universidad Yeshiva en Nueva York, informó que en los últimos años se produjeron 194 exoneraciones por ADN en reclusos que estaban cumpliendo condena.
* Un estudio sobre ejecuciones injustas realizado por Hugo Bedau y Michael Radelet afirma que de 1900 a 1991, 416 personas inocentes fueron sentenciadas a muerte
Muerte a la pena de muerte (ver artículo aquí)
Las estadísticas añaden sustento a este título. Más de 100 personas condenadas a la pena de muerte han sido exoneradas debido a nueva evidencia. Tal vez es por eso que los jurados han estado recientemente conteniéndose de imponer condenas a muerte. De los últimos 20 casos capitales a nivel federal, los jurados han invocado la pena de muerte solamente una vez.
¿Entonces por qué todavía la pena de muerte aparece en los libros en los Estados Unidos? Los Estados Unidos se están convirtiendo en un paria internacional debido a que son la última nación industrial de occidente que continúa con este espantoso espectáculo. El mantenimiento de la pena de muerte por parte del gobierno parece servir a dos propósitos: la venganza y la disuasión. Los partidarios de la pena de muerte frecuentemente formulan la pregunta: “Si usted tuviese un ser querido que fue víctima de un crimen capital atroz, ¿no desearía que se le diese muerte al autor?” A esta pregunta, yo respondería: “sí, con toda probabilidad, y aplicándole previamente alguna tortura al culpable.” Muchos familiares de las víctimas probablemente convendrían secretamente con mis sentimientos. No tengo ninguna indulgencia para con la gente viciosa que comete tales crímenes, pero al oponerme a la pena de muerte, estoy protegiendo los derechos de todos, no tan sólo aquellos de los criminales violentos.
Por último les dejo esta noticia, que aunque vieja ilustra bastante: Liberan a un hombre que estuvo 35 años preso siendo inocente. Todos cometemos errores, por eso es importante que tengamos la posibilidad de poder corregirlos. Sería interesante que aprovechemos esta época del año en donde afloran un montón de buenos sentimientos para reflexionar un poco y no tratar de solucionar el grave y complejo tema de la inseguridad con recetas simplistas y de dudosa efectividad.
Saludos a todos y que pasen una feliz navidad, o mejor aún, pasemos todos una navidad en paz.
Así empieza el artículo “Hay que matarlos a todos”, escrito por Reinaldo Sietecase, pero no son su opinión ni la mía por cierto, sino que son una “recopilación” de las frases más escuchadas hoy en día cuando surge el debate por la inseguridad. Frases que tal vez sean infladas por medios amarillistas y mercenarios del rating, por declaraciones poco felices de nuestra ilustre e intelectual farándula, o por las exigencias de venganza de alguna que otra víctima de algún hecho delictivo reciente a la cual le ponen un micrófono para que haga declaraciones, como si pudiera llegar a decir otra cosa en semejante estado de alteración.
Como bien lo dice Reinaldo, “…Cualquiera puede decir cualquier cosa. Ese concepto responde cabalmente a la idea de democracia. Todos los discursos tienen cabida en el Estado de Derecho, salvo aquellos que propicien la discriminación o hagan apología del delito. Desde Susana Giménez a Raúl Castells, desde Hebe de Bonafini a Cecilia Pando. Todos pueden hablar. Eso no implica que las frases que se sueltan sean sensatas o inteligentes…”
Los famosos que hablan de inseguridad no son especialistas en el tema, tampoco la mayoría de la gente que opina, tampoco yo, por supuesto, pero igualmente opinamos y está bien que lo hagamos siempre y cuando antes de hacerlo pensemos un poco en lo que estamos diciendo, reflexionemos lo que conlleva la acción de lo que muchos están pidiendo: quitarle la vida a una persona, y lo que es peor de todo, que el estado sea quien la quite sólo para saciar mi sed de venganza o mi idea de justicia.
El problema es que los argentinos somos campeones a la hora de exigir cosas, del estado, de la justicia, de nuestro equipo de fútbol, de nuestros hijos… pero también somos los campeones a la hora de esquivarle a las leyes, de inventar excusas o trampas para no cumplirlas y lo peor de todo es que lo definimos como una virtud, es la “viveza criolla”.
Hoy es mucho más probable morir en un accidente de tránsito que por ser víctima de un delito, pero claro, como de eso la culpa la tenemos nosotros mismos, ni pensamos en hacer algo al respecto, seguimos conduciendo tan mal que nos matamos entre nosotros, a veces familias enteras, a veces nuestra propia familia…
Cuánto pagaste? Nooo!!! No seas gil, hacé como yo que compro los repuestos en Warnes, te salen 3 veces menos!!! No me digan que nunca la dijeron o escucharon. Pero pónganse a pensar, de dónde creen que sales esos repuestos? Cómo creen que se consiguieron? Y si por el repuesto que conseguiste pagar un poco menos mataron a una persona?
Si queremos hablar de algún tema primero hay informarse, sobre todo si estamos hablado de quitarle la vida a alguien. Les dejo sólo un par de artículos de los miles que se pueden encontrar en donde se hable del tema y transcribo sólo algunos párrafos.
El debate capital, lapena de muerte en EEUU y el mundo (ver artículo aquí)
Cuando Dawinder Sidhu, catedrático de las universidades estadounidenses George Washington y John Hopkins, se propuso discutir los argumentos de su colega de Harvard Hugo Bedau contra la pena de muerte, comenzó describiendo la larga tradición que el castigo capital tiene en Estados Unidos, a su vez herencia de la legislación británica en las colonias americanas. En un ensayo de cincuenta páginas titulado “La muerte como castigo. Un análisis sobre ocho argumentos contra la pena de muerte”, retrocedió a los tiempos de Enrique VIII, cuando el reinado de la pena de muerte terminó en 72.000 ejecuciones, incluyendo ahorcamientos, gente hervida y otra quemada. Por entonces existían en Inglaterra 222 razones para el asesinato estatal premeditado: desde la falsificación y la traición hasta casarse con un judío o cortar un árbol que tuviera dueño.
Algunos datos:
* Según una investigación utilizada por la Corte Suprema de los EE.UU. en 1987 con datos del estado de Georgia, sobre un total de 2.484 homicidios la aplicación de la pena de muerte se impuso en un 22% en casos que involucraban a un homicida negro y una víctima blanca, en un 8% a homicida y víctima blancos, en un 3% a homicida blanco y víctima negra y en un 1% a homicida y víctima negros.
* En 1990, un estudio más vasto sobre políticas antidrogas hecho por la General Accountability Office, brazo investigativo del Congreso de los EE.UU., mostró que en el 82% de los casos el origen racial de la persona acusada de matar a una persona blanca incidió en la aplicación de la pena de muerte.
* Otros cuadros estadísticos publicados en la década de los 90 mostraron que el 53% de los sentenciados a muerte en EE.UU. son negros, hispanos o de otras minorías. Los negros representan algo más del 12% de la población total estadounidense, la mayoría son lo suficientemente pobres como para no poder contratar a un abogado.
* De Amnistía Internacional: “El número de blancos y negros que son asesinados en Estados Unidos es equiparable. Sin embargo el 82% de los presos ejecutados desde 1977 fueron declarados culpables del asesinato de una persona blanca. El 42% de los condenados a muerte son de raza negra”.
* El Proyecto Inocencia, una clínica jurídica sin fines de lucro asociada a la Facultad de Leyes Benjamin N. Cardozo de la Universidad Yeshiva en Nueva York, informó que en los últimos años se produjeron 194 exoneraciones por ADN en reclusos que estaban cumpliendo condena.
* Un estudio sobre ejecuciones injustas realizado por Hugo Bedau y Michael Radelet afirma que de 1900 a 1991, 416 personas inocentes fueron sentenciadas a muerte
Muerte a la pena de muerte (ver artículo aquí)
Las estadísticas añaden sustento a este título. Más de 100 personas condenadas a la pena de muerte han sido exoneradas debido a nueva evidencia. Tal vez es por eso que los jurados han estado recientemente conteniéndose de imponer condenas a muerte. De los últimos 20 casos capitales a nivel federal, los jurados han invocado la pena de muerte solamente una vez.
¿Entonces por qué todavía la pena de muerte aparece en los libros en los Estados Unidos? Los Estados Unidos se están convirtiendo en un paria internacional debido a que son la última nación industrial de occidente que continúa con este espantoso espectáculo. El mantenimiento de la pena de muerte por parte del gobierno parece servir a dos propósitos: la venganza y la disuasión. Los partidarios de la pena de muerte frecuentemente formulan la pregunta: “Si usted tuviese un ser querido que fue víctima de un crimen capital atroz, ¿no desearía que se le diese muerte al autor?” A esta pregunta, yo respondería: “sí, con toda probabilidad, y aplicándole previamente alguna tortura al culpable.” Muchos familiares de las víctimas probablemente convendrían secretamente con mis sentimientos. No tengo ninguna indulgencia para con la gente viciosa que comete tales crímenes, pero al oponerme a la pena de muerte, estoy protegiendo los derechos de todos, no tan sólo aquellos de los criminales violentos.
Por último les dejo esta noticia, que aunque vieja ilustra bastante: Liberan a un hombre que estuvo 35 años preso siendo inocente. Todos cometemos errores, por eso es importante que tengamos la posibilidad de poder corregirlos. Sería interesante que aprovechemos esta época del año en donde afloran un montón de buenos sentimientos para reflexionar un poco y no tratar de solucionar el grave y complejo tema de la inseguridad con recetas simplistas y de dudosa efectividad.
Saludos a todos y que pasen una feliz navidad, o mejor aún, pasemos todos una navidad en paz.