Claudia y Elvio: una historia de amor...

Sí señoras! Sí señores! Gracias al aporte de nuestros ávidos y creativos lectores, llegó a Sunchales Habla el primer culebrón autóctono... Una historia de amores, intrigas, traiciones, venganzas, y mucha sustr acción!!! Aquí va el primer capítulo.

Claudia y Elvio (no, el otro): Una historia de amor... 

Esta historia se remonta muchos años atrás, a la anterior indigestión vacío-nalista, cuando Alma, desde el su banca en el concejo, presentó un proyecto para comprar las ex oficinas de la quebrada empresa Rotania, y convertirla en un Edén para nuestros vecinos con inquietudes artísticas. La compra, fue totalmente manejada por Panchi y Alma, pero bueno, no pensemos mal, je.

Al poco tiempo se llama a concurso para cubrir el cargo “Director/a del liceo municipal”, y entre los requisitos (redactados por Alma) estaba el siguiente: “los interesados deberán contar con título universitario relacionado con alguna de las disciplinas artísticas”. Por supuesto, en ese entonces la única persona que cumplía ese requisito, era Claudia, hija de Alma. La pregunta es: ¿Porqué alguien con estudios superiores, pero no artísticos (docentes por ejemplo) no podía acceder a dicho cargo?.

Asume Claudia y organiza  carreras de Formación artística en música y plástica, de cuatro años de duración,  donde promete que el título al egresar será habilitante para trabajar en escuelas. La gente, ilusionada, se inscribe.

Con respecto a los profesores, el staff, queda formado así; Guitarra: Elvio, Audioperceptiva: Elvio, Piano: Claudia... Pero como: ¿Claudia no era la directora? Si, pero también daba clases de piano. Así comienza esta historia.

Aparentemente, Claudia se “olvidó” durante los cuatro años siguientes de realizar los trámites en el ministerio de educación, para otorgarle al título las competencias que le había prometido a la gente. Cuando Panchi pierde las elecciones, y faltando dos días para que le entregue el mandato a Toselli, un 8 de diciembre aparece por Sunchales el Ministro de Educación de la provincia, con un decreto sobre los alcances del título de la formación artística, que no contemplaba en ninguna parte la habilitación para el trabajo en escuelas. No hace falta ser adivino para saber como reaccionaron ante esta estafa quienes cursaron durante cuatro años para nada.

Durante los años dorados de esa etapa vecinalista, Claudia también dirigió el coro infanto-juvenil del liceo municipal, y se apropió (aunque no lo crean) de invitaciones de encuentros corales que llegaban dirigidas al coro municipal, del cual pretendió ser directora. Al encontrarse con la resistencia de Doña Hermelinda, se dedicó a socavar, a entorpecer y a dificultar la actividad del coro municipal.

¿Cómo es eso de apropiarse de invitaciones dirigidas al coro municipal?, simple, llevó a varios encuentros corales de distintos puntos del país a su Agrupación coral “Independiente”, diciendo que ese era el coro municipal de Sunchales. Si, se hizo pasar por la directora de otro coro, total en Mendoza que saben.

Bueno, esto ya se hizo largo y aún queda mucho por contar, los seguimos en otro post.
Saludos.

PD: Muchas gracias Angeles por el aporte!