Yo, Señor? ¡No Señor! (el culpable debe ser otro...)

Generalmente solemos confundir las cosas; generalmente lo hacemos por falta de una mirada amplia sobre la realidad. Generalmente lo hacemos desde la visión más cómoda, más cercana a quedar libres de toda culpa. Lo hacemos porque nos conviene hacerlo. En los últimos días, lo hemos vuelto a hacer; la noticia sobre los robos de bicicletas por un tal Walter despertó –si es que alguna vez se durmió- las más diversas voces y casi todas en la misma dirección: ESE DELINCUENTE…!

No voy a discutir los pergaminos de este joven, todos conocemos más o menos su vida. Tampoco voy a discutir los motivos que han hecho de él, lo que es, ni de lo que hemos hecho como conciudadanos por modificar su realidad; sería muy largo y ya se ha gastado mucha saliva en esa discusión aunque se la ha gastado en vano pues aún no nos ponemos de acuerdo y los resultados no son los esperados por nadie. Nadie está conforme. Tampoco lo debe estar él.

 

Pero sí quiero reflexionar sobre lo que se ha venido hablando y rotulando: su calificación de delincuente. Según la Real Academia Española, la definición de “delincuente” es que delinque. “Delinquir” significa que comete delito y “delito” es el quebrantamiento de la ley. Transitivamente, podemos decir que delincuente es aquel que quebranta la ley. Por lo tanto, quebrar la ley incluiría a los que hurtan, a los que roban, a los que defraudan a su empleador y a los que matan; y también a los que evaden impuestos, a los que “gerencian mal” una mutual y a los que no pagan las deudas. Es decir también se incluiría a quienes “se apropian” de patrimonios colectivos como son los impuestos o bienes del Estado.

 

Aunque según la RAE, sería correcto calificar a TODOS como delincuentes, desde el punto de vista ético y jurídico, ¿lo es? ¿Es posible meter a todos en la misma bolsa? ¿Es posible tomar las mismas medidas para unos y para otros? ¿Las razones que motivan a unos y a otros, es similar? Si por hurtar una bicicleta estamos pidiendo penas tan drásticas y usamos calificativos tan fuertes… ¿Qué pediremos para quienes no pagan impuestos que debieran ser transferidos a salud o a educación? ¿Qué pediremos paro los que cometan crímenes aberrantes, entonces, ¿la Hoguera?

 

No quiero que se entienda por esto que apaño a quien hurta una bicicleta pero, ¿no les parece que debemos ser equilibrados al momento de juzgar? ¿Para alguien que evade impuestos pediríamos la misma sanción? TODOS alguna vez hemos esquivado el fisco (no interesan las razones, importa que quebrantamos la ley), nos colamos durante años a los trenes cuando eran del Estado, mentimos la fecha de un siniestro o quedamos debiendo en un comercio. ¿Pediremos para nosotros que la justicie actúe con el mismo rigor? La otra mitad del negocio que compra las bicis o estéreos robados, los que alquilan cd´s y dvd´s truchos o quienes bajan películas y series desde internet. ¿También los declararemos culpables y pediremos similar pena?

 

Lo de este muchacho nos amarga. Es cierto. Pero creo que nos amarga porque no hemos podido encontrar soluciones o mecanismos propicios para torcer el asunto. Entonces nos enojamos. Pero nos enojamos con él como si no fuere una responsabilidad colectiva. Como si nosotros no fuésemos causantes. No hemos sido capaces de encontrarle una salida. No somos capaces de culparnos por ello. Es más simple culparlo a él.

 

Por qué estaría mal otorgarle 600 pesos mensuales para incentivarlo a estudiar y trabajar y no está mal darle 6.000 a la Cooperativa de Agua para sostener su déficit? En un caso hay un chico que ha hecho mal las cosas ayudado por una comunidad que le dio permanentemente la espalda. En el segundo hay una Gerencia que ha hecho mal las cosas…pero con la diferencia de que la comunidad siempre estuvo apoyándola, o al menos no le dio la espalda. Sin embargo avalamos la segunda opción, y no la primera. ¿Qué razones tenemos? ¿Por qué avalamos a uno y no a otro? Porque somos más parecidos a un Gerente que a un pibe de gorrita: muchos hemos hecho algún “dibujo” fiscal pero no hemos robado bicicletas ni carteras.

 

Una reflexión final: El otro día un comerciante “molió a palos” al tal Walter mientras este estaba barriendo una vereda. Momentos antes, es cierto, intento robar una cartera sin embargo en ese momento estaba trabajando. Este comerciante no había sido el damnificado por la cartera pero no dudó en hacerse el justiciero. Con el silencio, TODOS avalamos la golpiza. NADIE pidió explicaciones al comerciante. Esto no habla bien de NOSOTROS, estemos seguros de eso!